Suprema anula concesión marítima de minera de Gonzalo Vial Concha
Se acogió protección de empresa y se ordenó “nuevo proceso de análisis” por ser una decisión “arbitraria e injustificada”.
El 9 de septiembre de 2013, la compañía Minera Águila del Sur SpA, que pertenece al empresario Gonzalo Vial Concha, solicitó la concesión marítima sobre un sector de playa y fondo de mar, en Puerto Calderilla, comuna de Caldera, Región de Atacama. Esto, con el objeto de amparar la construcción de un muelle mecanizado con dos sitios de atraque. Era la tercera empresa que realizaba esta petición; antes lo habían hecho la sociedad Ecopuertos S.A. y la empresa Portuaria Punta Caldera S.A.
La minera de Vial -para la cual Caval, sociedad de Natalia Compagnon y Mauricio Valero, realizó diversas asesorías- fue la que se adjudicó la concesión por resolución del Ministerio de Defensa Nacional en noviembre de 2015. A siete meses de ese dictamen, la Corte Suprema anuló la concesión marítima y ordenó un “nuevo proceso de análisis”.
En fallo dividido, la Tercera Sala del máximo tribunal -integrada por los ministros Pedro Pierry, Carlos Aránguiz y el abogado (i) Álvaro Quintanilla- revocó el fallo que había rechazado un recurso de protección de la empresa Ecopuertos S.A.
La sentencia del máximo tribunal establece que la resolución del 30 de noviembre de 2015 del Ministerio de Defensa, que rechazó la solicitud de concesión marítima a Ecopuertos, es “arbitraria e injustificada, por lo que ordena un nuevo proceso de análisis”.
La empresa reclamaba que había una “discriminación arbitraria” al haberse preferido a la compañía Minera Águila del Sur en desmedro de la suya, “sin que dicha preferencia haya sido debidamente justificada por la autoridad en el acto administrativo impugnado”.
En el fallo se agrega que en el proceso administrativo hay una “ausencia de una fundamentación adecuada que no permite conocer las razones de interés público en base a las cuales se adopta la decisión”.
Asesorías de Caval
La vinculación con el caso Caval ha sido indagada por el fiscal Sergio Moya. Uno de los primeros clientes de la sociedad de Valero y Compagnon fue el empresario de la VI Región, quien le pagó cerca de $1.230 millones en 2012 no solo por estudios de mercado e inmobiliarios en dos predios de esa región, sino que también en otros ámbitos, como el minero y portuario.
Según la primera declaración de Compagnon ante la fiscalía, el 8 de abril de 2015, “realizamos una petición de concesión portuaria en la Segunda Región en la que llegamos hasta el proyecto de ingeniería”. Según cercanos a Caval, Compagnon referiría a la III Región.
En la declaración de Vial Concha en la fiscalía, del 10 de junio de 2015, el empresario dijo que la nuera de la Presidenta lo contactó para ofrecerle “pertenencias mineras en diversas partes de Chile”.
Así, el empresario se interesó, por lo que el 1 de febrero de 2012, Caval e Inversiones Graneles -sociedad de Vial Concha- firmaron un “acuerdo de presentación y comisiones” por un monto total de $162 millones, el cual se pagó en tres cuotas de $54 millones.
En ese texto se sostiene que la intención de ambas partes es buscar pertenencias mineras en oro, cobre o hierro, y de “infraestructura y equipamientos asociados a dicha actividad, tales como concesiones portuarias”. Así, uno de los objetivos era la “asesoría en concesión portuaria, incluyendo actividades de análisis, levantamiento de información normativa y búsqueda de alternativas”.
También hay otra factura por asesorías portuarias por $46,2 millones.
Si bien el contrato fue firmado entre Inversiones Graneles y Caval, hubo una nota de cobro del 31 de diciembre de 2012 a la Compañía Minera Águila del Sur, donde se incluyen $208 millones por temas portuarios.
Puerto en Caldera
Una declaración clave para la fiscalía es la que prestó Gilda Vanni el 15 de febrero pasado, quien trabaja en asesorías mineras desde 2007. Según su testimonio, ella le presentó a Vial Concha a Compagnon. Según Vanni, la socia de Caval le ofreció al empresario un “puerto que tenía Codelco en el norte. Gonzalo Vial necesitaba un puerto en la zona de Caldera o en las cercanías. Se lo ofrecieron, le dijeron que podían hacer el estudio. Natalia se mostraba muy convencida del tema, de que ella podía lograrlo. Yo misma le dije que eso era imposible, y ella insistía en que tenía a ‘un tipo mojado en Codelco, que trabaja para ella y con ella’, así Gonzalo Vial les creyó todo”.