Consumo eléctrico en la minería se mantiene al alza pese a planes de reducción de costos
Según el Informe del consumo energético de la minería del cobre a 2015 elaborado por Cochilco, el consumo de energía eléctrica en minería subió un 2,1% con respecto al año anterior o un 1% si es que se considera el consumo de combustible.
Los esfuerzos de la industria minera por reducir sus costos no alcanzaron a surtir todo el efecto esperado en 2015, al menos en los que respecta al consumo eléctrico.
Esto, porque según el Informe del consumo energético de la minería del cobre a 2015 elaborado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), el consumo de energía eléctrica en minería subió un 2,1% con respecto al año anterior o un 1% si es que se considera el consumo de combustible.
¿La razón? El envejecimiento de yacimientos, un cambio en el mix productivo más intensivo en electricidad y el uso de procesos como la desalación para hacer frente a la crisis hídrica que viven las zonas donde operan los yacimientos mineros.
En concreto, el estudio de la institución -que abarca el información de empresa que representan el 98% de la producción de cobre de Chile 2015- indica que la minería del cobre consumió un total de 85.019 terajoules (TJ) en energía eléctrica, lo que significa un incremento de un 2,1% con respecto del consumo de 2014 y un aumento de 80% desde 2001.
“El aumento en el consumo de electricidad viene dado principalmente por el aumento marginal en el consumo de las operaciones existentes, así como también por el aumento de capacidad de procesamiento de concentración a nivel nacional y de la inclusión en Servicios de la energía eléctrica utilizada para plantas desalinizadoras e impulsión de agua de mar directa o desalinizada a las faenas”, se explica.
En el desglose, la concentradora fue el proceso que más demandó energía con 52% del total, lo que se explica por el incremento en el mineral procesado en las plantas; le sigue la lixiviación con 24% y los servicios con un 8%. Este último con un importante incremento del 54% respecto a 2014.
“Desde el año 2012 se incluye en la encuesta de consumo energético el ítem de consumo eléctrico en plantas de desalinización e impulsión de agua de mar (ya sea directa o desalinizada), lo cual explica el incremento del consumo eléctrico en servicios”.
El crecimiento se da pese a los esfuerzos de las grandes mineras por reducir sus costos y aplicar mecanismos de eficiencia energética a sus procesos, pero no se explica por ineficiencia en las operaciones.
Sin embargo, este no fue el caso del consumo de energía en base a combustible -que incluye Diésel, Enap 6 y Gas Natural-, el cual cayó un marginal 0,5% en 2015 en relación con el año anterior. Lo anterior pese a factores como la disminución de las leyes de mineral y al envejecimiento de las minas explotadas lo que implica por ejemplo mayores distancias de acarreo de la flota de camiones, el aumento de material movido.
Con todo, y considerando ambos tipos de energía, para una producción de 5.764 miles de toneladas de cobre fino contenido -que significa un crcimiento de 0,3% en relación con 2014-, la industria minera del cobre tuvo un consumo total de energía de 163.063 TJ, lo que representa un 12% del total de energía consumida en el país y un crecimiento de 1% en relación con el año anterior.
La tendencia futura. Desde Cochilco estiman que en el futuro se requerirá más energía para producir la misma cantidad de cobre fino como consecuencia del envejecimiento de los yacimientos, y el uso de nuevos procesos productivos -como la incorporación de planta desalinizadora- debido a restricciones en materia hídrica.
A esto se suma el cambio en el mix de productos comerciales del cobre, con tendencia a una mayor producción de concentrados de cobre, debido a que los minerales lixiviables de superficie se están agotando.
Sin embargo, el panorama energético podría no verse tan gris, ya que se estima que la mayor construcción de proyectos y la interconexión del sistema interconectado Central (SIC) con el Norte Grande (SING) empuje a la baja los precios.
Pero Cochilco advierte: “Igualmente constituye un desafío para la minería del cobre poder mantener y/o reducir su consumo unitario de energía en el tiempo, por ello es importante que la industria minera del cobre siga incrementando la eficiencia energética en aquellas faenas que ya han comenzado en esta senda y desarrollar esta línea de trabajo en las faenas donde no se ha realizado aún”.