Solo el 5% de los flujos generados por la gran minería fueron a dividendos
El monto total en 2015 alcanzó los US$42.016 millones, y solo US$2.155 millones se destinaron a este ítem, mientras que el 64% cubrió costos operacionales.
Un total de US$ 2.155 millones se repartieron el año pasado como dividendos en la gran minería privada, lo que equivale al 5% del total de flujos generados por esas empresas en 2015.
En tanto, US$ 3.089 millones (el 8%) fueron aportes al fisco y US$ 9.769 millones (23%) se destinaron a inversiones del sector. El 64% restante, que corresponde a US$ 27.003 millones del total de los flujos, se destinaron a costos operacionales, según datos del Consejo Minero a partir de información de los estados financieros compilados de sus empresas socias y datos de Cochilco.
Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del gremio que agrupa a las grandes mineras que operan en el país, explica que tanto las inversiones como los costos representan recursos que se destinan a pagar remuneraciones de los trabajadores, insumos, contratos de proveedores de equipos, de empresas constructoras y empresas de servicios, entre otros. “En este sentido, no quedan dentro del sector minero”, señala, lo que indica que el 95% de los flujos generados por el sector el año pasado fueron para otros rubros productivos o al fisco, dice.
El líder gremial subraya que se sigue observando una tendencia a que los dividendos y retiros de las empresas mineras privadas representen una fracción menor de los recursos totales generados por la industria. “Con esto se comprueba que el slogan de que la minería se lleva la plata para la casa no es más que un mito”, asegura.
El efecto del precio
El precio del cobre ha caído fuertemente en el último tiempo, y con mayor fuerza entre 2015 y este año, complicando la operación de las mineras.
De ahí que prácticamente todas las empresas estén implementando desde hace ya un tiempo agresivos planes de reducción de costos, que incluso han tenido como consecuencia despidos de empleados y paralización de inversiones.
Joaquín Villarino explica que en la medida en que el precio del cobre no baje a un nivel que impida a las empresas dar continuidad a sus faenas, es esperable que los costos operacionales y las inversiones -esenciales para esa continuidad operacional- adquieran una mayor importancia en la distribución de flujos. Por el contrario, cuando el precio del cobre está muy bajo, lo que más se resiente son los dividendos y aportes al fisco, porque dependen de las utilidades obtenidas por las empresas en el periodo.