Cuentos Mineros: Presentan libro que relata vivencias de primeros cateadores
Los geólogos Guillermo Chong y Rafael Argañaraz, con el apoyo de la UCN, plasmaron vivencias propias y relatos de míticos mineros que escudriñaron piques, desmontes y salares, entre la Pampa del Tamarugal y la inmensidad de la Puna argentina.
La minería también tiene una veta en la literatura, desde donde se pueden alumbrar míticas experiencias personales o dar rienda suelta a la imaginación para amalgamar relatos que hablan de las vivencias del pequeño cateador y su entorno, que es la real y más valiosa riqueza que se cosecha en el desierto de Atacama, o allende Los Andes, en la Puna argentina.
Así lo entendieron el geólogo chileno Guillermo Chong y su colega trasandino Rafael Argañaraz, quienes dieron vida al libro “Cuentos Mineros”, una publicación de más de 200 páginas editada por la Universidad Católica del Norte, cuya lanzamiento se efectuó en Antofagasta, en una ceremonia donde participaron autoridades universitarias y regionales.
En esencia, el texto es una suerte de homenaje a todos los hombres y mujeres, autodidactas y profesionales, que desde hace siglos se han internado en estos aislados y duros territorios para domesticar la aridez del desierto y poder arrancar a pulso la riqueza de la tierra.
“Cuentos Mineros”, desde el punto de vista educativo y patrimonial, está llamado a ser un importante aporte a la conservación de la historia oral de la pequeña y antigua minería chilena-argentina, ya que retrata la importancia del arraigo y los modos de vida que antecedieron a la gran industria del cobre y el litio, cuyos proyectos se esparcen entre el Norte Grande chileno y en el noroeste argentino. También aporta datos históricos, como la construcción del ferrocarril de Chile a Salta, o la explotación minera prehispánica, donde hace mil años ya se hacía metalurgia y en rudimentarias fundiciones sobre cerros patrimoniales los indígenas trabajaban el cobre, el oro y la plata.
De lo místico a lo histórico
“Desde mi visión, este libro tiene un especial significado, porque recoge algunos mitos mineros y los recrea, pero también hay mucho de historia, investigación y sobre todo, vivencia personal. Ahí donde el geólogo comparte con la sapiencia del cateador y del minero avezado, aquel que a punta de sacrificio y muchas veces desafiando la muerte, persigue la veta hasta transformar el humilde pirquén en un grandioso yacimiento”, explica el doctor en Geología Guillermo Chong.
Similar satisfacción expresa Rafael Argañaz: “Estoy muy contento de haber realizado este proyecto cultural, de cumplir este sueño personal, y de poner en valor el patrimonio de mi país”.