El “estilo Guilisasti” que se impuso en la presidencia de Cascadas
Las “murallas chinas” entre Cascadas y SQM y su anterior rol en Corfo, marcan su gestión.
Rafael Guilisasti ha impuesto su estilo. En eso concuerdan varios consultados sobre la gestión del presidente de Norte Grande, Oro Blanco y Pampa Calichera, y que mañana cumple un año reemplazando a Julio Ponce.
Franco, directo, pero a la vez afable, el ex presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), ex consejero de Corfo y director de empresas, ha marcado su sello en la dirección de las sociedades de inversión a través de las cuales Ponce controla a SQM.
En este año de trabajo sin duda el hito que más se destaca es el proceso de búsqueda de comprador que inició Oro Blanco para sus acciones en Pampa Calichera, sociedad que posee el 23% de SQM. Dicho proceso está hoy en una etapa clave, con dos ofertas vinculantes ya en evaluación.
Otro de los conceptos que se destaca a la hora de evaluar el rol de Guilisasti, es la instalación de “murallas chinas”. La primera barrera que aplicó, incluso antes de llegar a la presidencia y cuando Eugenio Ponce, actual presidente de SQM, le ofreció el cargo, fue que Julio Ponce no se inmiscuyera en la administración de las sociedades cascadas. “Y así lo ha hecho. Julio no ha vuelto a poner un pie en las oficinas”, dice un director. “Aunque es muy amable y cercano en el trato, no deja que lo pasen a llevar, él no está ahí como títere de nadie”, agrega.
La segunda muralla que impuso, y que se cumplió, es que ningún director ni ejecutivo de las cascadas esté en la mesa de SQM. Y en la última junta de accionistas de la firma, ese objetivo se cumplió. “A él le interesan mucho las formas”, apunta un cercano a Guilisasti.
Cuestionamientos
Pero Guilisasti también ha tenido que enfrentar duras críticas por su decisión de asumir este cargo en las cascadas. En privado, hay dos críticas que Guilisasti considera especialmente injustas. Primero, que se le haya catalogado como “puente” de informaciones entre la Corfo, por su anterior rol de consejero, y el litigio que lleva la estatal contra SQM por el arriendo en el Salar de Atacama. “Eso es altamente injusto. Rafael nunca ha sido director de SQM, no tiene nada que ver con el litigio, y ha hecho murallas chinas con ese tema”, dice un cercano.
La segunda crítica que molesta particularmente a Guilisasti es aquella que señala que su llegada a las sociedades cascadas tiene alguna relación con un crédito por US$ 154 millones que Corpbanca -donde fue director hasta octubre de 2015- le entregó a la cascada y que incluso le significó al banco una multa de la Superintendencia del ramo, por traspasar el límite de préstamos a sociedades relacionadas, multa que luego la Corte de Apelaciones dejó sin efecto.
A Guilisasti se le considera un gran conocedor del mundo financiero, por lo que el puesto de presidente de sociedades de inversión que tienen como uno de sus grandes objetivos bajar sus deudas, “estaba pintado para él”, dice un director.
Una fuente subraya que dichos préstamos estaban siendo negociado hace siete meses con CorpBanca y Guilisasti nada tuvo que ver.