Chuquicamata debe bajar 12% su costo laboral y subir 59% la productividad
La otrora mayor división de la estatal hoy enfrenta un complejo escenario en materia de producción, costos y aporte de excedentes. Los cambios son urgentes para dar mayor valor al proyecto en ejecución.
La posición competitiva actual de la histórica división de Chuquicamata de Codelco es sumamente débil: el yacimiento tiene cerca de cien años y por lo tanto, leyes de mineral -tonelada de mineral extraída por roca removida- bastante agotadas, costos altos y una fuerza laboral con elevadas remuneraciones, múltiples beneficios, pero baja productividad.
Estos aspectos, junto con la meta de elevar el valor del millonario proyecto Chuquicamata Subterránea (reemplazará al rajo abierto), hacen que los desafíos para la estatal sean enormes. Según datos de una presentación interna del 25 de mayo, la división deberá reducir su dotación de 6.169 trabajadores a 4.705 personas, eliminando 1.464 empleados hasta 2025. Asimismo, en una década el costo laboral de los trabajadores rol B deberá pasar de 112 a 99 miles de dólares por hombre al año, mientras que los trabajadores con nuevas condiciones en sus contratos pasarán de representar el 16% al 60%. A su vez, la productividad total -considerando tanto la dotación propia como terceros- deberá subir 59%, pasando de 31,5 toneladas de cobre por hombre al año a 50,1 toneladas, según el documento.
Por último, el costo caja (C1) deberá pasar de 150,1 a 92 centavos de dólar por libra en 2025, cuando la actual mina a rajo abierto no esté operativa y, en cambio, esté funcionando Chuquicamata Subterránea. Este proyecto estructural de la estatal a la fecha presenta avances en torno al 30%. La iniciativa implicará cambios importantes tanto en el modelo de negocio como en los procesos, estándares y cultura de la división, dado que se trata de una operación radicalmente distinta a la actual.
Cumplir las metas
La presentación de Codelco es directa, y advierte que la división ha perdido su posición de liderazgo entre las reparticiones de la estatal, tanto en producción como en costos y aporte de excedentes. Pese al tamaño de la faena, la división se alza como la tercera entre un total de siete en materia de contribución al excedente corporativo, y está muy por debajo de las líderes: El Teniente y Radomiro Tomic.
“Los chilenos deberán aportar caja a la división Chuquicamata por sobre US$ 3.300 millones en los próximos seis años, logrando comenzar a recuperarse el 2027 si se cumplen los compromisos de la promesa de valor de Chuquicamata Subterránea”, indica el documento interno al que accedió “El Mercurio”.
Sin embargo, añade que la promesa de valor de este proyecto exige que la división, como un todo, mejore sus estándares de productividad. De esta manera, señalan que en el proyecto el Valor Actualizado Neto (VAN) -que permite calcular el valor presente de los flujos de caja futuros, originados por una inversión- está en US$ 6.300 millones, “y más del 50% (de ese monto) depende del cumplimiento de metas de productividad y costos de la división”.
Ardua negociación
La situación de Chuquicamata es crítica, el precio del cobre es bajo y no repuntaría ni este año ni el próximo, y para peor la estatal deberá enfrentar en 2017 una negociación colectiva con unos cinco mil trabajadores de la división, cerca del 80% de la fuerza laboral. Se estima que este podría ser el proceso más complejo de su historia.
Esto, porque la administración ofrecería un bono cercano a los $2,5 millones sin reajustes (muy por debajo de los anteriores) y porque buscaría simplificar los términos del contrato colectivo. Además, se sumarían desvinculaciones, todo esto en un año de elecciones.