CAP se reinventa: “Queremos un portafolio que tenga una volatilidad menor a la actual”
Tras un cambio en el modelo de gestión, uno de los objetivos que buscan alcanzar es elevar el peso del negocio de infraestructura en la generación de ingresos del grupo.
Usando ejemplos de teoría matemática, que es lo suyo y lo que ha aplicado en la gestión desde que asumió la gerencia general hace exactos tres años, Fernando Reitich explica la reinvención del grupo CAP para enfrentar los bajos precios del mineral de hierro y la presión que acusan en el mercado interno del acero por las importaciones desde China y México.
“Al tiempo en que nos concentramos en el presente, nos hemos abocado a la construcción de una ‘nueva CAP’: más resiliente, diversificada y enfocada en la excelencia”, asegura el ejecutivo.
Añade que las claves en este proceso han sido la contención de costos, la diversificación en productos y áreas de negocios, así como en la excelencia operacional, la productividad y la innovación, entendida ésta última como la aplicación de creatividad.
Añade que este nuevo modelo de gestión, donde el crecimiento se proyecta planificando a partir de un escenario general y otros donde se definen factores que al variar activan decisiones de corto plazo y cambios de rumbo, para responder rápido, les ha rendido frutos. “Hay que tener en cuenta que pese a todo lo que pasó en los últimos tres años y pese a que hoy somos un tercio de lo que éramos, seguimos ganando plata”, apunta.
En el segundo trimestre de este año la compañía revirtió las pérdidas que tuvo en los primeros tres meses del ejercicio, mientras que en materia de ingresos y reducción de costos, cada uno de sus negocios respondió bien.
“La manera en que se han desarrollado los negocios ha sido muy buena, teniendo en cuenta que ha sido un período muy desafiante desde el punto de vista externo y con ciertas variables internas que han influenciado el crecimiento”, comenta Reitich.
Mejorar el portafolio
En este proceso, comenta el máximo ejecutivo de la firma minero-siderúrgica, es clave que infraestructura, la más nueva de sus cuatro líneas de negocios -que agrupa a la planta desaladora, la línea de transmisión eléctrica y el puerto Las Losas- tenga un peso mayor para las finanzas del grupo, un camino que ya comenzó, dice, pues al cierre de 2015 el Ebitda de esta área rondó los US$ 55 millones y superó en conjunto a CAP Acero y el área de procesamiento (Cintac, Tupemesa y TASA).
“Nuestro reciente énfasis en potenciar nuestros activos de infraestructura, desarrollando así una nueva área de negocios, juega un papel importante al mitigar parcial y crecientemente la volatilidad en los emprendimientos más tradicionales del grupo. Queremos un portafolio que tenga una volatilidad menor a la actual, en un balance en el que buscamos sentirnos cómodos”, asegura.
Usando una analogía matemática, Reitich explica que en este sentido y bajo esta nueva orientación, más que reorientar la actividad hacia nuevas áreas, lo que están haciendo es expandir los negocios de CAP hacia aquellos que han llamado “homotópicamente” alcanzables.
“Estos son negocios cercanos a los actuales y en los que contamos con ventajas competitivas. Estos se convierten, eventualmente, en actuales y a su vez generan adyacencias hacia las que podemos ir. Estimamos que ésta es la forma de crear valor, crecer y diversificarse de manera firme y sustentable”, dice.
Aquí pone ejemplos sobre las adyacencias que están viendo, como el potencial de expansión de la planta desalinizadora que tienen en la Región de Atacama y que en un contexto de escasez hídrica creciente, los tiene evaluando varias opciones, como pasar a la producción de agua potable o incluso la construcción de una nueva desaladora.
Del mismo modo Puerto Las Losas -donde ya tienen contratos con terceros para carga de fruta y descarga de infraestructura para proyectos de energía renovable-, al igual que los otros cinco puertos que ya tiene el grupo (al que se suma un sexto que podrían construir porque ya tiene permiso ambiental) ofrece alternativas que están viendo en el largo plazo, cuando la actividad de la zona minera en particular y del país en general, repunte.
Minería y acero
En minería también opera este modelo de adyacencias. “CAP es el quinto propietario de concesiones mineras y sería un milagro que en todas ellas no existieran recursos de otros minerales cuya necesidad también va evolucionando y eso nos llevará a decidir los tipos de negocios o asociaciones que podríamos hacer”, apunta el gerente general de CAP.
En este punto hay claridad de que, contrario a lo que se esperaba, “el cobre no necesariamente es el destino”, dice Reitich, quien precisa que la orientación podría estar en las prospecciones de las denominadas tierras raras. “Tener molibdeno hasta titanio, fosfatos”, puede marcar la senda, adelanta, en un proceso donde están mirando a unos diez años plazo.
En CAP Acero, seguirán con los procesos de mejora continua y no descartan nuevas alianzas, como la suscrita recientemente con la estadounidense MMFX Steel Corporation, para seguir potenciando las líneas de aceros especiales y de alto estándar, con aplicaciones en autopartes, maquinaria agrícola o la industria del plástico.
“NUNCA NOS HEMOS DESVIADO DEL PROGRAMA POR LA ESPECULACIÓN”
De acuerdo con los registros de la bolsa al cierre de la jornada de ayer, la acción de CAP ha subido 14,6% en lo que va de octubre, mientras que el acumulado en el año es una sorprendente alza de casi 140%, algo que contrasta con la caída de 31,7% que los títulos de la firma minero-siderúrgica sufrieron en 2015.
Desde la reacción a la volatilidad del precio del mineral de hierro, que ha evidenciado algunas alzas, hasta rumores de venta, pasando por un eventual movimiento a nivel de su matriz, Invercap. De todo se ha dicho para explicar este desempeño de los títulos de la firma, que como se preveía para esta altura del año pasaron los $ 4 mil y ayer cerraron en $ 4.109.
El gerente general de CAP, Fernando Reitich, asegura que hoy la empresa está enfocada en controlar todas las variables del negocio que están en sus manos, pero que respecto de precios de los commodities y de las acciones no hay nada que hacer.
“Nuestro foco es el negocio. Nuestra labor es crear valor compartido para todos. El precio de la acción es una consecuencia y lamentablemente, el mercado de capitales no puedo controlarlo y la especulación tampoco”, apunta.
A su juicio esa es la verdadera razón detrás del alza en la cotización de la firma, al tiempo que asegura que está comprobado matemáticamente que el “market timing” no sirve y que “nunca” es el momento más adecuado para desprenderse de una acción, que todo plazo menor sólo terminará dañando a quien compró esa acción, quien debería actuar motivado por la confianza en las empresas.
“Trabajo para la gente que cree en la compañía y lo que puedo decir con certeza es que nunca nos hemos desviado de nuestro programa por la especulación errada que ha tenido el mercado”, puntualiza. En este punto aprovecha para recalcar que el tema de la importación de acero chino y mexicano, les sigue preocupando.
“CAP es una empresa que realmente ha cambiado, pero lamentablemente tenemos el problema de la sobrecapacidad y la falta de defensa de la industria nacional. Los órdenes de magnitud de tasas que los demás países están imponiendo al acero importado, son mucho mayores que las sobretasas que se han dado en Chile. Estados Unidos pone tasas que se miden en centenares por ciento y en Chile todavía estamos lejos de poder determinar que la industria nacional está siendo defendida. Acá no es un problema de tasas, sino que de distorsión, porque lo único que CAP Acero necesita es una cancha pareja y teniendo eso nos animamos a competir con cualquiera”, puntualiza el ejecutivo.
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