Valor de acciones mineras cae 55,6% desde 2011 a la fecha, en línea con precio del cobre
Desde el superciclo hasta ahora, la situación es diametralmente distinta para el sector que más recursos le reporta al fisco. Y el próximo año no se vaticina mejor.
Una drástica baja ha tenido el valor de las acciones de las principales mineras que operan en el país. Lo anterior está directamente relacionado con la caída del precio del cobre.
De esta manera, las empresas redujeron su valor promedio en 55,6%, desde enero de 2011 -en pleno superciclo del metal- a la fecha, al mismo tiempo que el precio del cobre pasó de US$ 4,41 por libra, a US$ 2,17 por libra, registrando una baja de 51%.
La más castigada fue AngloAmerican, que en Chile opera el yacimiento Los Bronces, El Soldado y la fundición Chagres. En el período mostró una disminución de 64,1%. Sin embargo, la matriz de la mayor minera de capitales chilenos le sigue de cerca: Antofagasta Plc -del grupo Luksic y matriz de Antofagasta Minerals, que a su vez opera Minera Los Pelambres, Centinela, Antucoya y Zaldívar-, que redujo el valor de sus acciones un 62,2%. Por otro lado, Glencore (Lomas Bayas, Altonorte y Altos de Punitaqui) y Teck (Quebrada Blanca y Carmen de Andacollo) muestran un descenso similar, de 53,6% y 53,5%, respectivamente. Por último, BHP Billiton, dueña de Minera Escondida, Cerro Colorado y Spence, mostró la menor baja entre las grandes mineras, pero aún así no deja de ser sorprendente: 44,5%.
Tiempos complejos
No son solo las mineras que operan de forma mayoritaria en Chile las que atraviesan un panorama difícil. Río Tinto -dueña del 30% de Escondida- también muestra en el período una baja de 33,8% en el precio de sus papeles, mientras que la compañía Vale registra una reducción de 59%.
El precio del metal rojo es el principal factor que explica este fenómeno, y lo preocupante es que no se prevé una mejora para 2017. Aún así, las complejidades que enfrentan las firmas hoy van mucho más allá.
Las leyes de mineral -porcentaje de cobre extraído por tonelada de roca removida- han ido bajando de manera evidente, producto del envejecimiento de los yacimientos, lo que conlleva costos más altos para producir cobre, por la profundidad del mineral y todo lo que significa en términos de agua y de energía. Pero también la productividad laboral ha ido retrocediendo de forma enérgica, tema que preocupa a la industria y más aún al país.
La difícil situación también ha traído aparejada una ralentización -y muchas veces paralización- de las inversiones, lo que complica aún más el futuro de la industria para cuando el precio del cobre se recupere.