Proyecto Dominga sufre traspié: piden nueva etapa de participación ciudadana
El procedimiento fue solicitado por la autoridad ambiental luego de los cambios hechos por Andes Iron al proyecto minero en la Adenda 3.
Un nuevo traspié sufrió el proyecto de hierro Dominga, propiedad de Andes Iron, controlada por la familia Délano, y que se encuentra en plena tramitación ambiental.
Y es que de acuerdo a una resolución de la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) de la Región de Coquimbo, la iniciativa minera deberá realizar una nueva etapa de participación ciudadana, por un plazo de 30 días. Todo esto, en el marco del proceso de evaluación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que lleva adelante Andes Iron desde hace más de dos años.
Lo anterior agrega nuevos plazos para la minera, que en un principio esperaba iniciar la construcción del proyecto en 2015. Sin embargo, debió postergarlo para este año, y la larga tramitación ambiental del proyecto lo ha empujado a ver 2017 como el año en que finalmente pueda obtener los permisos necesarios y dar luz verde al mismo.
¿Qué incitó a la autoridad a tomar tal decisión? Los sustantivos cambios que introdujo Andes Iron -manejada en un 75% de la familia Délano, 14% por la familia Garcés y 11% por ejecutivos- a la inciativa a través de la tercera Adenda.
En concreto, los cambios están concentrados en cuatro ejes: la ampliación del área de influencia del mundo, la línea de base medio, los impactos y los planes de contingencia. Las modificaciones anteriores están enfocadas principalmente en el funcionamiento de los embarques de mineral, más que en el la explotación propiamente tal.
Sobre el primer punto, la minera optó por ampliar el área de influencia marina al incorporar la actividad de navegación de los buques graneleros como parte de la evaluación ambiental del proyecto, tomando en consideración los antecedentes bióticos de los recursos protegidos.
Mientras que respecto a la línea de base del ambiente marino se entrega más información enfocada principalmente en los hábitats críticos definidos por las zonas reproductivas y/o de alimentación de las especies protegidas. Dentro de estas se encuentra el pingüino de humboldt y el pato yunco, además de mamíferos como chungungo, el delfín nariz de botella y el corredor migratorio de cetáceos.
En cuanto a los impactos, la minera también agregó que prevé una descarga de aguas de lastre fuera de las aguas de jurisdicción nacional, la modificaciones de corrientes locales y la colisión con cetáceos y el ahuyentamiento de fauna marina en el área de navegación entre la Bahía de Coquimbo y el Terminal de Embarque Totoralillo. Para todos estos efectos la minera entregó sus medidas de mitigación.
Finalmente, frente a las contingencias, Dominga presentó un plan para la ocurrencia de un accidente de buques con consecuencia de un derrame de hidrocarburos.
Considerando lo anterior, la autoridad ambiental se basó en el artículo 28 de la Ley 19.300 que dispone que si el EIA ha sido objeto de aclaraciones, rectificaciones y ampliaciones que afecten sustantivamente los impactos ambientales del proyecto deberá cumplir con las mismas condiciones precedentes. Una de ellas es ser sometida a consulta ciudadana.
Dominga, considera una inversión de US$2.000 millones. Una vez en funcionamiento, se espera que produzca unos 12 millones de toneladas al año y 150 mil toneladas de concentrado de cobre.
El yacimeinto se ubicará en la comuna de La Higuera, al norte de la Región de Coquimbo.