Fiscalizaciones mineras en Atacama se harán por el aire
Drones y helicópteros son parte del plan piloto que se implementó en la región que tiene la mayor cantidad de faenas de pequeña minería en todo el país.
El accidente de los 33 mineros de la mina San José, ocurrido hace seis años en la Región de Atacama, marcó un antes y un después en la seguridad de la minería chilena. Según antecedentes del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), los accidentes mineros con consecuencias fatales han tenido una baja importante desde entonces.
Si en 2010 en la Región de Atacama se registraron 13 fallecidos en 10
accidentes mineros, este año solo se han reportado dos accidentes
fatales con igual número de fallecidos.
Para lograr estos resultados, el Ministerio de Minería ha potenciado
campañas como las 20 Reglas de Oro de la Seguridad Minera, que busca
promover el cumplimiento de las normativas de seguridad en las faenas a
nivel nacional. Pero con el fin de seguir mejorando el proceso de
fiscalizaciones en esa región y de ayudar con imágenes logísticas en
caso de emergencia, la entidad comenzará a utilizar un dron y arrendar
horas de vuelo en helicópteros.
El plan piloto, único en Chile, contempla el uso de un dron que tuvo un costo de $20 millones y se encuentra en proceso de certificación de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
El director del Sernageomin regional, Marcelo Díaz, indicó que esto va a permitir aumentar las fiscalizaciones y la celeridad de los procesos, porque en el caso del helicóptero permite moverse 200 kilómetros en 15 minutos, mientras que en camioneta pueden ser tres o cuatro horas”. Si la medida da buenos resultados en la zona, se podría replicar en las otras regiones mineras del país. Actualmente el servicio cuenta con 18 fiscalizadores para las más de tres mil faenas mineras tanto de pequeña como de media y gran escala que están distribuidas en los más de 70 mil km {+2} de superficie de la región, que alberga la mayor cantidad de pirquineros en Chile.
El dron tiene una autonomía de vuelo de 15 minutos con un sistema de autorregreso cuando queda poca energía. El artefacto puede elevarse hasta 400 metros, pero la normativa chilena solo permite 130 metros como máximo. Además soporta vientos de hasta 50 kilómetros por hora y tiene un radio de 2 kilómetros a la redonda de vuelo.
Franklin Céspedes y Edilio Castillo son los dos profesionales que están siendo capacitados por la institución con el dron para iniciar este mes las pruebas teóricas, de vuelo, aerodinámica y de meteorología en la DGAC.
Para ambos funcionarios lo más complejo ha sido adaptarse a los
controles y las dimensiones del dron cuando lo intentan ubicar en
lugares de difícil acceso, como quebradas o grietas. Otro tema complejo
son los fuertes vientos que imperan en la precordillera y cordillera
atacameñas.
Los trabajadores también indicaron que los han solicitado de organismos
como la Gobernación de la Provincia de Copiapó para hacer un barrido de
los campamentos de la capital regional con el dron o Carabineros, para
la búsqueda de personas desaparecidas, pero aún no pueden ayudar dado
que están a la espera de los permisos.