Se cae intento de venta indirecta del 23% de SQM
El directorio de Oro Blanco consideró -incluyendo el voto del director de las AFP- que las condiciones de las ofertas recibidas no contribuyen al interés social.
Sorpresa total en el mercado e incluso dentro de SQM: se cayó el proceso de venta del 88,64% que ostenta la sociedad cascada ligada a Julio Ponce, Oro Blanco, en su par aguas abajo Pampa Calichera, porción que da acceso a casi un 23% de la minera no metálica SQM.
A altos personeros ligados a SQM les golpeó la noticia y coinciden en que no imaginaban que ayer Oro Blanco informaría a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) la noticia del fracaso del proceso de venta que encabezaba Rafael Guilisasti, sucesor de Julio Ponce como presidente de Oro Blanco, Norte Grande y Pampa Calichera desde septiembre del año pasado.
El mismo Guilisasti definió su llegada como una “nueva era” en las cascadas y prometía prescindir de Ponce en todas las decisiones. Se fijó como objetivo número uno lograr la reorganización financiera de las sociedades controladas por Ponce.
Corfo y SVS asoman como factores del revés
El proceso competitivo de venta se inició hace un año y estuvo asesorado por Itaú. Se invitó a potenciales interesados a formular ofertas a Oro Blanco para adquirir la totalidad de su participación accionaria en Pampa Calichera.
Ayer, Oro Blanco informó a la SVS que “el directorio de la sociedad consideró unánimemente -incluyendo el voto del director que representa a las AFP, Iván Díaz Molina- que los términos y condiciones de las ofertas finales y condicionadas recibidas durante el proceso no contribuyen al interés social de la sociedad y de todos sus accionistas, al tiempo que una de dichas condiciones sería imposible de cumplir, por lo que el directorio acordó por unanimidad no continuar adelante con el proceso”.
Sin perjuicio de lo anterior, dijeron que el directorio de Oro Blanco acordó continuar “en la búsqueda de alternativas que mejoren la posición financiera de la sociedad y sus filiales”.
Una de las grandes interrogantes que surge es cuáles son las
condiciones que hicieron presentes los potenciales compradores y que
fueron vistas como inviables de cumplir por el directorio de la cascada.
Lo económico no fue lo primordial. Conocedores del proceso coinciden en
que las dos ofertas económicas arribadas hasta última instancia fueron
en grandes líneas satisfactorias: entre US$ 2 mil millones y US$ 3 mil
millones, que habrían provenido de las firmas chinas Tianqi y Shanshan
Resources, ambas enfocadas al litio.
Entonces, ¿cuáles serían las trabas? El conflicto con la Corfo asoma en primer lugar. Los litigios arbitrales que sostiene la minera con la entidad estatal y que han escalado eran vistos como claves por los interesados en adquirir el paquete accionario, y habrían pedido garantías suficientemente onerosas para el caso en que los arbitrajes que mantienen por el Salar de Atacama no favorecieran a SQM y sí a la Corfo. En el fondo, se aclaraba que sin el salar no habría negocio.
Otra de las aristas que se sumaría como traba a este proceso fue el
pronunciamiento de la SVS que indicaba que si el comprador de Pampa
llegara a tener un pacto de accionistas que permita el control de SQM,
activaría una OPA para los accionistas de la minera, lo que encarecería
la operación.
El impulsor de la idea de una OPA en SQM en este proceso fue el
vicepresidente de la Corfo, Eduardo Bitran, quien además vaticinó que
este proceso de venta no llegaría a puerto. “Ver para creer”, dijo en
agosto.
Ayer, las acciones de SQM-B marcaron su mayor caída desde junio de 2015 y Oro Blanco tuvo una caída histórica de 24,34%.
Problema financiero
Cómo arreglar el problema financiero es la gran pregunta que queda abierta en las sociedades cascada. Estas tienen una carga de deudas en torno a US$ 800 millones, cuyas amortizaciones se inician a fines de 2017 y se extienden en gran parte hasta 2022. Entre los principales acreedores están Bci, Scotiabank e Itaú (ex Corpbanca).
Un conocedor del proceso asegura que las cascadas están barajando dos
opciones para hacer frente a sus compromisos: iniciar otro proceso
competitivo de venta o refinanciar pasivos.
La primera opción no está activa, pues se asegura que aún no ha llegado
ningún nuevo interesado. La segunda alternativa, en cambio, se ve más
posible, pues las cascadas activaron sus contactos con algunos de sus
acreedores para ver la opción del refinanciamiento que les permita
aplazar sus compromisos.