Los desafíos que vienen en el tratamiento de impurezas
En el marco de la semana Cesco representantes del sector debatieron sobre el futuro de las regulaciones y los quiebres tecnológicos desarrollados en un escenario marcado por un incremento en la producción de concentrados de cobre.
Cómo vienen las regulaciones a futuro para las impurezas, cuáles serían las consecuencias para la industria y los quiebres tecnológicos desarrollados por el sector para resolver los desafíos, fueron las tres líneas de acción que centraron el primer Encuentro Internacional de Minería y Desarrollo Sustentable, Impurezas: Tendencias regulatorias, mercados y tecnologías.
En el encuentro, cuyo objetivo fue debatir e intercambiar opiniones sobre las tendencias y alternativas disponibles para abordar el manejo de impurezas en la minería de manera sustentable, participaron cerca de 180 personas, representantes de organismos públicos, empresas mineras y proveedores tecnológicos, gremios y universidades.
En este marco, la ministra de Minería, Aurora Williams, señaló que “en el concierto internacional se siguen elevando las exigencias de los mercados en cuanto a las impurezas del cobre para su traslado, producción y explotación. Este escenario significa trabajar en frentes diversos: impulsando el desarrollo de tecnologías que hagan más eficiente la producción de cobre; incorporando innovaciones en cada una de las etapas productivas; reduciendo los costos de fundición que se ubican entre los más altos a nivel mundial y mejorando las políticas públicas que faciliten un modelo de producción acorde a estos nuevos desafíos”.
Por su parte, el gerente general de EcoMetales, Iván Valenzuela, se refirió a la necesidad de abordar el problema de los residuos e impurezas como uno de los principales desafíos de la industria minera. “Es imprescindible hacerlo públicamente para movilizar voluntades y recursos que apalanquen iniciativas de investigación y de política pública”, señaló.
Según el ejecutivo, las regulaciones serán cada vez más estrictas, “por lo tanto no es fácil el futuro, pero al mismo tiempo se presenta una gran oportunidad. Con inteligencia y recursos podemos traducir esas restricciones en nuevas y mejores soluciones, compatibles con el cuidado del medio ambiente y con la realización de buenos negocios. Debemos mirar soluciones de otras industrias y salir del paradigma de un sector que se mira sólo a sí mismo”, sostuvo.
Tendencias regulatorias
En relación a las tendencias regulatorias, Don Smale, secretario general del Grupo Internacional de Estudios del Cobre (GIEC), advirtió que a nivel mundial existe una heterogeneidad de regulaciones para distintos contaminantes, con el denominador común de que siempre van al alza y amplían su espectro de aplicación. Estas abarcan el ámbito de la salud y seguridad laboral, impactos medioambientales en aire, suelo y cursos de agua y el transporte aéreo, en que la IMO (International Maritime Organization) ha desplegado gran protagonismo. Si bien la industria ha reaccionado mejorando tecnologías, las penalizaciones a distintas impurezas constituyen riesgos nada despreciables.
A nivel nacional, el vicepresidente ejecutivo de Cochilco, Sergio Hernández, sostuvo que estos desafíos “deben transformarse en políticas públicas y en responsabilidades para las empresas”, aunque descartó que se vayan a imponer reglas a la industria privada, sino más bien generar lineamientos para la industria pública (Codelco y Enami), y esperar prudentemente la maduración de las soluciones tecnológicas, para tomar opciones de regulación e inversión.
Por su parte, Taro Kamiya, director de la División Tecnológica de Minería y Metalurgia de Jogmec, Japón, indicó que la estrategia de su país, que tiene cinco fundiciones de cobre pero carece de producción propia -es importador neto de concentrados-, está orientada a reducir las impurezas en el concentrado, antes de llevarlo a fundición. Si bien reconoció que se trata de un reto de gran dificultad, consideró que es un camino posible para que las fundiciones puedan cumplir regulaciones más restrictivas.
Elementos críticos
En su intervención, el Dr. David Dreisinger, investigador en Hidrometalurgia de la Universidad de British Columbia, Canadá, llamó a reemplazar el concepto de impurezas por “elementos críticos”.
El investigador se refirió a las 20 materias primas definidas como críticas por la Unión Europea, entre las que se encuentra una serie de metales como el selenio, el telurio o bismuto, asociados a al procesamiento del cobre, que se utilizan en la industria energética y farmacéutica y cuyos precios superan ampliamente el valor actual del metal rojo. “Necesitamos tener una estrategia para recuperar valor en la industria minera y eso pasa por conceptualizar de manera distinta”, insistió Dreisinger, comentando el caso de las tierras raras en China, que en tres décadas pasó de producir concentrado de éstas a aplicaciones en motores y electrónica.
Jeff Adams, especialista en Hidrometalurgia de Hatch, Canadá, entregó ejemplos de evaluaciones económicas interesantes a partir de la recuperación de valor de distintos subproductos en la industria del cobre, siendo muy atractivos aquellos que permiten la recuperación de metales preciosos. Adams también se refirió a los modelos de negocio más adecuados para llevar a cabo este tipo de iniciativas, advirtiendo la necesidad de colaboración entre el área de extracción minera y la de fundición/refinación. “La viabilidad de este negocio hay que evaluarla caso a caso”, afirmó.
En tanto, Alexander Schmitt, ejecutivo de Marketing para Metales Base y Especiales de Anglo American, abordó los temas de mercado de “elementos críticos”, llamando a estar muy cerca de los consumidores finales, ya que son los diseñadores de productos los que toman las decisiones de incorporar o no un elemento u otro y para ello requieren tener asegurado el suministro”. Schmitt indicó que es responsabilidad de la industria minera y de los reguladores adelantarse al mercado.
En tanto, Thomas Buenger, representante y vice presidente senior de Technical Primary Copper, de Aurubis, Alemania, sostuvo que “las impurezas son a su vez una carga y una oportunidad”, que deben ser enfrentadas de manera conjunta por la industria minera. “Mineros y fundidores vamos en el mismo barco”, indicó.
También estuvieron presentes Carlos Rebolledo, gerente de Desarrllo y Negocios de EcoMetales, que expuso los positivos resultados de la empresa filial Codelco, que desde 2007 ha procesado más de 400.000 toneladas de polvos de fundiciones de la estatal, lo que le permitió recuperar más de 75.000 toneladas de cobre fino, al mismo tiempo que abatir más de 7.500 toneladas de arsénico como residuo estable en la forma de escorodita