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Industria minera: Alcanzando acuerdos sostenibles

Industria minera: Alcanzando acuerdos sostenibles

 

En un estudio reciente, se analiza el impacto del sector minero chileno en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con especial énfasis en los desafíos como uso responsable del agua y la energía limpia, junto con la inversión en innovación y tecnología, como catalizador sectorial. Por Miguel Herrera, director de la carrera de Ingeniería Civil en Minería Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).

 

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El sector minero chileno aportó el 14,6% del PIB del país en 2021 y ha sido el mayor contribuyente desde 2012. El tamaño que ha alcanzado la industria minera en Chile ofrece desafíos y oportunidades únicos para establecer una industria de bienes y servicios vinculados al sector, de modo que pueda contribuir de manera significativa a la economía nacional.

Actualmente existe la necesidad de superar cierto estancamiento en la capacidad de crecimiento de la industria minera provocado por varios factores, como el deterioro de las leyes de los minerales y el envejecimiento de los depósitos, el aumento en el costo de los insumos, la productividad laboral insuficiente, y dificultades relacionadas con el acceso y costo de la energía y el agua; de modo de avanzar de manera razonable y compatible con las demandas de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Un especial análisis es el referido a las verticales coyunturales como es el uso responsable del recurso hídrico, el uso de energías limpias, la innovación y la infraestructura, la acción climática, el desarrollo de ciudades y comunidades sustentables; aspectos críticos que marcarán la subsistencia del sector minero y el cuidado del entorno humano y natural.

Lo anterior es parte del estudio “The contribution of the Chilean mining industry to the achievement of the 17 sustainable development goals” (desarrollado por Miguel Herrera de la UAI), que analiza el impacto de la minería chilena en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Recurso hídrico

Durante los últimos 12 años Chile ha estado experimentando una sequía muy severa con una secuencia ininterrumpida de años secos y un déficit del 20 al 40%. Las previsiones indican que este fenómeno prevalecerá durante muchos más años, con impactos negativos en la economía, el medio ambiente y la sociedad.

En cuanto al consumo de agua, la gran minería del cobre consumió 16,87 m3/s mientras que la mediana minería consumió 1,1 m3/s. Se observa que el mayor consumo de agua se da en la II Región de Antofagasta, alcanzando un valor de 14,27 m3/s; esta región cuenta con 13 operaciones de la gran minería del cobre con la mayor producción de cobre a nivel mundial.

Claramente el agua es un componente crítico en las operaciones mineras, dado que se utiliza intensivamente en circuitos de molienda y flotación, así como en los procesos de lixiviación de minerales del tipo óxido, sulfuros de baja ley y concentrados sucios. Si bien existe una mayor presión sobre el uso del recurso en la Región de Antofagasta y eso afecta el balance hídrico, las empresas tienen una fuerte política de inversiones en plantas desaladoras de agua para hacer frente a la escasez del recurso hídrico, y no privar de agua a las comunidades y al territorio en su conjunto.

En este sentido, se sugiere incorporar nuevas tecnologías a los diferentes procesos de concentración y lixiviación, acción clave para mejorar los indicadores de ahorro/recirculación de agua hasta alcanzar el 75%.

Energías limpias e innovación

En cuanto al uso de energías limpias, se estima que el porcentaje de uso de este tipo de energías renovables en la minería alcanzará el 49,2% en 2030. Actualmente, 16 sitios mineros han firmado contratos de suministro de energía limpia, mientras que cuatro tienen sus propios proyectos renovables no convencionales. La industria minera chilena ha experimentado varios cambios en los últimos tiempos en el contexto del ámbito social y las exigencias de las autoridades para operar de manera más limpia y menos contaminante.

Las empresas mineras cuentan con al menos tres mecanismos para incorporar energía eléctrica. Una opción es el uso directo de ERNC en algún proceso (por ejemplo: soluciones de calentamiento en lixiviación), a través de un proyecto de ERNC desarrollado por la propia minera para su suministro; seguido de contratos (Power Purchase Agreement, PPA por sus siglas en inglés) donde básicamente la empresa minera participa en la inversión de proyectos ERNC y, finalmente, contratos donde el cliente solicita a su generador que el suministro sea con este tipo de fuentes.

Finalmente, la minería chilena debe ser la base para la generación de innovación tecnológica e infraestructura, y eso debe ser impulsado significativamente. Un claro ejemplo de ello es la capacidad de compartir infraestructura crítica y de hecho, varias empresas están promoviendo el uso compartido de infraestructura en agua (desaladoras, ductos, entre otros), ya sea a través de empresas mineras coordinadas entre sí, o a través de un tercero que construye la infraestructura y asume los costos de coordinación, u otra alternativa factible, como un sistema de interconexión hídrica. En la medida que el sector genere sinergias para promover la I+D+i, la rentabilidad y el ahorro en costos, podría multiplicarse.

La minería chilena ha contribuido al desarrollo del país y de manera muy responsable ha asumido un papel destacado en el cumplimiento de los 17 ODS. Sin embargo, la industria contribuiría aún más al desarrollo del país si se aprovecha todo su potencial para crear nuevas industrias y servicios nacionales, como proveedores mineros para la minería nacional y global. Es así como la minería debe utilizarse como una plataforma más poderosa para el desarrollo sostenible del país.

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