La caída de los commodities es un imán para los inversionistas más arriesgados
Muchos de ellos creen que las materias primas agrícolas se recuperarán más rápido que otras. En el mercado de futuros, algunos ya han comprado productos petroleros.
(Economía y Negocios) Unos cuantos osados inversionistas están apostando a que el sombrío mercado global de materias primas está a punto de repuntar.
Agricultores, compañías mineras y productores de petróleo alrededor del
mundo invirtieron miles de millones de dólares en la última década para
elevar la producción. El resultado: enormes superávits y precios
significativamente más bajos para todo tipo de commodities , desde el
crudo y el azúcar hasta el mineral de hierro.
La magnitud del declive ha superado las previsiones de la mayoría de los inversionistas y analistas. El Índice de Commodities de Bloomberg, que hace seguimiento a 22 materias primas, cayó por cuarto año consecutivo en 2014 y este año acumula una pérdida de 3,1%.
Sin embargo, algunos inversionistas han detectado las semillas de una recuperación en los reportes diarios de caídas de precios. Por ello están comprando los commodities más golpeados por el derrumbe, en una apuesta a que los precios bajos obligarán pronto a los productores a replegarse, eliminando los superávits globales que han provocado la caída que ya lleva varios años.
Dispuestos a soportar pérdidas
Muchos de estos gestores de dinero reconocen que una recuperación podría tardar varios meses, pero señalan que están dispuestos a soportar pérdidas de corto plazo en lugar de perderse la oportunidad de ser uno de los primeros en beneficiarse del siguiente auge. Y aunque los analistas predicen meses, e incluso años, de precios bajos para las materias primas, los inversionistas más optimistas no olvidan que aunque muchos analistas percibieron señales de que la década de auge de los commodities estaba llegando a su fin, pocos predijeron la magnitud de la caída de precios.
Estas personas concluyen que si los observadores del mercado no acertaron en pronosticar la profundidad del descenso actual, también podrían estar equivocados sobre el momento del repunte.
“No creo que los commodities bajen mucho más de lo que ya lo hicieron”, dijo Christopher Burton, gerente de portafolio del grupo de materias primas en Credit Suisse Asset Management, que supervisa alrededor de US$ 10 mil millones.
Burton tiene una exposición mayor al diésel y al cobre de lo que indican sus puntos de referencia, ya que espera que los precios repunten este trimestre. Tanto el cobre como el diésel han caído alrededor de 11% este año.
Muchos commodities han extendido sus pérdidas en el nuevo año. Precios del crudo se han acercado a US$ 45 el barril por primera vez desde abril de 2009 y los precios del cobre han alcanzado un mínimo de cinco años y medio.
[Analista de Saxo Bank advierte los riesgos de que el cobre siga bajando]
El maíz y la soya
A pesar de la oferta récord, los inversionistas se aferran a apuestas optimistas en algunos mercados que retrocedieron marcadamente en los últimos años, incluidos los de maíz y soya, según datos de posiciones en el mercado de futuros de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas. Muchos inversionistas creen que los commodities agrícolas se van a recuperar más rápido que otros debido a que los agricultores pueden ajustar el tamaño de sus cultivos de una cosecha a otra.
Los cultivadores analizan los precios de futuros justo antes de empezar a sembrar para la siguiente temporada. Si reducen el número de hectáreas dedicadas a una cosecha, los suministros globales podrían hundirse en cuestión de meses, lo que volvería a elevar los precios.
En Brasil, el mayor productor mundial de azúcar, decenas de procesadores de caña de azúcar han cerrado o puesto en espera sus operaciones en las últimas temporadas en medio de un declive de los precios. En 2014, la cotización del azúcar bajó por cuarto año consecutivo, pero este año ha subido 4,5%.
Los agricultores han estado plantando menos caña, y algunos de los ingenios azucareros que permanecieron abiertos están operando por debajo de su capacidad.
Esto seguramente hará que la producción global de azúcar caiga por debajo de la demanda por primera vez en cinco años, según estimados de Rabobank y otros analistas de la industria. El banco prevé que los precios alcancen 17,5 centavos de dólar la libra este año, frente a 14,52 centavos a fines de 2014.
Los agricultores estadounidenses también se están ajustando. El Departamento de Agricultura de EE.UU. predice que la tierra que los agricultores dedican al maíz caerá levemente de casi 37 millones de hectáreas a cerca de 36 millones.
En el mercado de futuros, algunos inversionistas están incluso comprando productos petroleros, uno de los commodities en el índice de Bloomberg que más cayó el año pasado.
Aunque muchos analistas esperan que la oferta de crudo siga elevándose, socavando los precios, algunos inversionistas están apostando a un repunte conforme la demanda alcanza récords en grandes importadores, como China, y las petroleras recortan presupuestos.
Extraer cerca de la mitad del crudo global no es rentable cuando los precios caen por debajo de US$ 50 el barril, dijo Nomura Securities en un informe reciente.
“Estamos a niveles de precios en los que ves una falta de interés en reinvertir” por parte de los productores, dijo Jonathan Berland, director gerente sénior de Gresham Investment Management LLC.
[Banco Mundial: Precio del cobre caerá 5,3% en 2015]
Repunte podría tardar
De todos modos, los precios de los commodities podrían seguir deprimidos por algún tiempo. Algunas mineras y petroleras son reacias a cerrar minas y pozos de crudo cuya reanudación puede salir cara. Asimismo, muchas compañías se endeudaron para financiar su expansión durante los años del auge y deben seguir produciendo a tasas altas para pagar sus deudas.
La perspectiva de la demanda es también incierta. El año pasado, la economía de China, el mayor consumidor de materias primas, creció a su nivel más bajo en décadas.
Se prevé que los precios más bajos, en particular del crudo, sean un viento favorable para la economía global, pero un cambio doloroso para empresas y países que dependen de la venta de materias primas.